A mis queridos lectores:


Después de una larga creación para finalizar el nuevo proyecto I.Bck, o llevarlo a un campo abierto donde la visibilidad de mis escritos sea de mayor amplitud, con el fin de expandir mi palabra, sin importar el núcleo o las diferencias que se nos imponen. Me dirijo a ustedes, para agradecer la oportunidad de hacer oír lo que añoraba hablar y detesté callar.

Jenya I.Bck

jueves, 7 de abril de 2011

PAZ ME DIRIJO AL PUERTO:


PAZ, ME DIRIJO AL PUERTO:

Tuve una pequeña visión de un futuro incierto, por un momento me visualicé en mi vieja bicicleta color burdeos, regalo de mi padre cuando tenía once o doce años.

Me dirijo al puerto lleno de gaviotas graznando donde aparco la vieja bicicleta enfrente de los pequeños barcos pesqueros, a los que se les crece esa viscosidad verde que asimismo se fusiona en las rocas, en las que tanto resbalaba buscando cangrejos. Era feliz con mis estúpidos cangrejos y las rodillas ensangrentadas, no era yo, este monstruo autodestructivo por la melancolía que agoniza al pulsar el alfabeto adictivo, pues no hallo la sintaxis de las palabras para escribir a este mundo de Pieter Brueghel lleno de proverbios no tan flamencos, si no globales.

Soy yo entrando a la lonja, al olor del pescado, y deseosa de una ciruela que se le escurra su agua dulce hacia mi esternón, dejando pegajosa la textura de la piel ardida por el sol silencioso, que se va a eso de las diez de la noche en el puerto, meciendo así el último rayo la nitidez de las sombras de los barcos estancados en el agua sucia.

Con la boca seca me paso la lengua por la comisura de los labios, algo me falta… mi ciruela. Casi acaba la subasta del pescado. Toco un besugo, me desagrada sentir las escamas. Esta vez decidí jugar con el morbo de los olores, me ha gustado, no huele a pescado sino a mar, al mar que despedía todos los días de verano con tristeza, al caer las siete de la tarde.

Con la mano en la nariz voy por mi bicicleta, no sé a donde quiero ir, pero me gusta la sensación del aire que roza suavemente la parte interior de mis muslos. Se recorre la falda vaporosa hacia atrás, erizando cada uno de mis vellos, por la vergüenza de sentir placer.

Miran los marinos no el color tostado de una piel moresca, miran la juventud herida a la que la han robado un silencio. Sigo la simple búsqueda por dar con esa ciruela apetecible, de la que emana jugo hasta llegar a su corazón.

Sonrío, hay paz, sólo estamos el viento en mis muslos y yo con la boca dulce.



A ti Luzbel, que me enseñaste la sensación de libertad, quiero que disfrutes conmigo mi vieja bicicleta y comernos una ciruela madura del mercado del puerto.

J.I.BCK

SI EL PENSADOR DE RODIN DESPERTARA DEL SUEÑO ESCULPIDO… EXIGIRÍA UN POQUITO DE PORFAVOR PARA LA VERGONZOSA APERTURA DEL SOUMAYA.



SI EL PENSADOR DE RODIN DESPERTARA DEL SUEÑO ESCULPIDO…
EXIGIRÍA UN POQUITO DE PORFAVOR PARA LA VERGONZOSA APERTURA DEL SOUMAYA.

Llegué a la infraestructura de la plaza Carso a las cuatro y media de la tarde, donde esperaría veinticinco minutos de reloj. Hacía calor, pero eso no impedía el viento húmedo con tierra, de una pequeña obra o chapucería de ahí al lado, que se embarraba de tierra y polvo en mi cara. Después de masticar tierra al fin podía visualizar unas esculturas, como El rapto de los hijos de Lacoonte de Miguel Ángel, donde había permanecido con la boca abierta, incrédula de ver a lo largo de mis estudios de arte, la personificación en bronce de una de sus esculturas más famosas. ¡El arte ya no era simplemente historia!, ¡era real!. Subí las escaleras, tropezando casi con el bulto gigantesco en bronce de la obra La piedad del mismo autor.

La primera sala, fue un fallido intento de recaudar la historia en hojalata, con cucharas de plata, monedas, vírgenes pintadas y un cristo de marfil sangrante, muy desagradable, pero no más erróneo que exponer unas latitas bomboneras de Sanborns, entre otras chatarras del Museo del Objeto. ¿Cuál era la ubicación de esos cachivaches en el contexto del museo?. El retrato de Porfirio Díaz por el contrario me tuvo entretenida con su tupido bigote blanco, que crecía cuanto más lo veía.

Antes de entrar a la sala de los maestros europeos, al lado del piano que había pertenecido a una princesa otomana, estaban majestuosamente colocados dos modelos de Óscar de la Renta, cubierto de plumas de faisán y lentejuelas, al lado de un vestido largo del excéntrico diseñador Alexander McQueen, según las historietas estaban comparando la similitud o la inspiración con dos atuendos de la moda de los felices años 20. ¿ Por qué no compararon la moda vigente de los felices años veinte en México respecto a otro país?.

Con la incertidumbre de si la sala que tanto esperaba sería tan mediocre como las anteriores, ascendía el largo e interminable pasillo hasta encontrarme la más nefasta organización de un museo, donde debería haber cautela y respeto por los fallecidos pintores que nos dejaron grandes obras maestras. Aparte de mezclar los diferentes períodos plásticos, como vinagre y aceite, había vagas explicaciones.

La ignorancia y el vacío, en ocasiones parecía apaciguarse con la nueva originalidad, plasmada en la pared, por frases célebres de la historia del arte sacadas del wikiquote, alguno que otro con cierto aire de intelectual europeo sacaba una libretita recién estrenada y copiaba las frases de la pared, un bohemio o un ridículo coleccionista de nada, de tonterías y apariencia del saber.

Es un museo en definitiva, para cultivar la confusión, Recomendado para quienes quieran hacer una visita cultural sin sentido común ,ni del tiempo, para estructurarse en el conocimiento. Pues no se sabe por donde comienza el principio y termina el final.

Como hablar de arte en México no es un tema delicado, al menos por el momento, esperaré de esta revuelta de palabrería, que mi opinión sirva para reestructurar la mala organización histórica de las artes plásticas en el esperadísimo museo. El director de arte ha afirmado que esto se debe a despertar el razocinio del espectador. ¿Desde que fecha y bajo que doctrina el espectador debe enseñar a un director de arte?. A nadie le gustan las críticas y menos a un supuesto perito en el tema.

No digamos la popularidad y publicidad, con ``grandes obras´´… , puros bocetillos, obras menores, las ``señoras pinturas´´… dos o tres.

El arte se revela contra el director Museo Soumaya, y pide a gritos su jubilación. ¿O somos tan ignorantes y conformistas que pueden tomarnos el pelo con cualquier cosita?, Un regalito para las gentes…. Como dicen allá por mi pueblo, ¡ a caballo regalado no le mires el diente!.

J.I.BCK